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Fabricación de notas

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ACOMPAÑAMIENTO y ASESORAMIENTO

La comunicación entre la pareja, las familias políticas, la gestión de los hijos, etc., a veces, resultan complejas y, si no se buscan medios profesionales externos, pueden terminar en crisis difíciles de superar. Ante los primeros signos de crisis matrimonial es importante buscar ayudas profesionales. Hablamos con vosotros, os acompañamos y os ponemos en contacto con los terapeutas que consideramos más indicados para cada situación.​

De la misma manera, acompañamos situaciones que se viven con dificultad en entornos eclesiales (comunidades de vida religiosa femenina y masculina, espacios diocesanos, etc.). Escuchamos y evaluamos realizando informes pastorales que incluyan mejoras en las dinámicas relacionales. 

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS y SESIONES DE FORMACIÓN

En una crisis matrimonial, antes de que la relación quiebre definitivamente, es importante intentar la reconciliación (siempre que la integridad física y psíquica estén intactas). En este momento, un convenio de separación puede ayudar a este proceso de reencuentro de la pareja. Cuando la ruptura matrimonial es definitiva, el divorcio rompe el vínculo matrimonial. En una situación dolorosa y difícil de gestionar, ofrecemos un acompañamiento serio y sereno. Nuestra intención es que pueda realizarse un convenio de mutuo acuerdo, incluyendo la liquidación del régimen de los bienes en que se contrajera matrimonio.

En el caso de comunidades religiosas, buscamos los medios oportunos para el reencuentro. Entre estos medios están la derivación psicológica, acompañamiento espiritual, sesiones de formación, la escucha estructurada que se encamina a posibilitar encuentros reparadores para todas las partes, ayuda en la redacción de documentos jurídicos y/o pastorales, etc. 

NULIDAD CANÓNICA

Cuando un matrimonio canónico ha fracasado definitivamente, la Iglesia no deja al margen de la comunidad eclesial a las personas que necesitan rehacer su vida.

Por ello, presenta diferentes medios para atender la situación a la que se enfrenta la persona divorciada: los procesos declarativos de nulidad y los procesos de disolución del vínculo matrimonial. Cada uno de estos procesos tiene sus propios requisitos. Saber si el matrimonio que se contrajo fue válido o no, si está dentro de los supuestos de disolución, es necesario para

que la persona pueda, no solo contraer nuevo matrimonio canónico si es lo que busca, sino también reconciliarse y sanar heridas con uno mismo, con los demás, con la Iglesia y con Dios.

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